sábado, 12 de julio de 2008

ASESINO INVISIBLE (THE CAR Elliot Silverstein1977)




No entremos en comparaciones con “Christine” de John Carpenter, aunque sí debemos echar el ojo en Spielberg, pero más concretamente en su “Tiburón” que en “El diablo sobre ruedas”. Ya que “The car” es ni más ni menos que una “Monster movie” de esa escuela. Sigue el mismo esquema de pequeña localidad vigilada por un sheriff (el televisivo James Brolin) en plena preparación de festejos, amenazada por una criatura terrorífica. En este caso, un Lincoln Continental Mark III conducido por el mismísimo Diablo, y modificado por George Barris (el mas famoso tuneador de coches para la pequeña y la gran pantalla: como el Batmovil o el coche de los Munster) para la película, ofreciéndole un aspecto amenazador y maléfico. Y este es usado por Elliot Silverstein de forma magnífica-Especial atención a las escenas en que el coche rasga el paisaje desértico levantando una gran polvareda. O los planos de las cubiertas con un dibujo semejante a la piel de un reptil en algunos de los ataques-.



A pesar de parecer a primera vista un trabajillo de la Universal destinado a satisfacer la modas setenteras, lo más interesante de “The car”, es que no se limita a narrarnos como un coche maléfico se va cargando a los habitantes uno a uno a modo de slasher o de “peli con monstruo”. Desde el principio, la imagen de un ostentoso vehículo de lujo (los coches fabricados por la división Lincon-Mercury de Ford Motor Company, era la marca de lujo con mayores ventas en los Estados Unidos en competencia directa con los Cadillac de General motors) asesinando a dos ciclistas entre estruendosos rugidos de motor en pleno desierto, ya despierta cierta inquietud. Y es que la película, con gran habilidad sabe sacarle sentido a lo que es de partida una historia totalmente rocambolesca (la de el Demonio conduciendo un coche). El pueblo en medio del desierto de Utah, se nos presenta como un lugar que no olvida a sus fundadores y su convivencia con la tierra- siguen montando a caballo, conviven con personas de raza india y existe una buena convivencia y una preocupación entre vecinos (el personaje del sheriff interpretado por John Marley y el caso del maltratador). O el momento en que los niños y su profesora se refugian en el sagrado camposanto, donde más que a la religión, parece que nos quiere evocar a la honra de sus antepasados fundadores.- Entonces, la aparición del coche, casi se nos antoja como una encarnación de todos los males de la sociedad consumista absorbida por las grandes urbes repletas de maquinas, ladrillos y polución. Pero todo mensaje o lectura queda flotando dentro de la acción de una forma muy sutil y sin ninguna importancia. La fuerza de la película la encontramos en el efectivo ritmo de la historia. Desde la presentación de unos personajes bien dibujados e interesantes, hasta los brutales ataques de la máquina. Algunos de ellos memorables, como el de la victima hablando por teléfono delante de una ventana y en el fondo los faros del coche acercándose a gran velocidad. O con influencias de clásicos como “Los pájaros” de Hitchcock como podemos ver en el ataque a los niños en el desfile. La desesperación del grupo de sheriff, recurriendo al alcohol, o en el caso de Brolin a la Biblia, hasta llegar a un duelo con la bestia, apoteósico y al mas puro estilo de los mejores western.


Al film le acompaña una banda sonora compuesta por Leonard Rosenman, que es ni más ni menos que la música de “las campanas de la muerte” del último movimiento de “la sinfonía fantástica” de Héctor Berlioz (la misma que se utilizaría en “El resplandor” de Stanley Kubrick). Resultando sumamente escalofriante junto con el sonido del claxon del coche, el cual evoca una carcajada maléfica.


Infravalorada por la crítica, el público y el tiempo, “The car” es una película que a pesar de ser una serie B, con todas las limitaciones que ello conlleva, es realmente efectiva e interesante. O por lo menos cumple sus propósitos.



TRAILER

No hay comentarios: