sábado, 21 de junio de 2008

LA NIEBLA

LA NIEBLA (The mist, Frank Darabont, 2007)




Resulta francamente difícil hablar sobre esta película. Pues hay que morderse bastante la lengua para no destripar sus maravillas. De lo que no hay ninguna duda en absoluto es que Frank Darabont es uno de los últimos artistas en este mar de ostracismo comercial y cine de rápido consumo. Puede que junto a M. Night Shyamalan, sea uno más de los postergados directores víctima de la oleada de juventudes inapetentes de codearse con estilos que no sean composiciones de fuegos artificiales y un bombardeo de imágenes matrixianas. Dudo que “La niebla” pase a ser un hit para los seguidores del mediocre Eli Roth, pero bien seguro que para los que al igual que un servidor, anhelamos reencontrarnos en la pantalla con un producto del calibre de las viejas películas de los cincuenta, con una valiente profundidad tanto emocional como visual, sí lo sea.





Y como no, también para el buen aficionado al fantástico. Ya en el preciso momento en que comienza la película, nos sorprende un simpático guiño al célebre ilustrador Drew Struzan. El personaje protagonista que interpreta Thomas Jane trabaja como ilustrador de carteles cinematográficos en su estudio. Y en ese estudio podemos ver algunos de los populares carteles de Struzan, (entre ellos vemos el de “La cosa” de John Carpenter y el de “El laberinto del fauno” de Guillermo del Toro). Y en el que precisamente está trabajando el protagonista, no es nada más y nada menos que un cartel con un pistolero con una “torre oscura” en el horizonte, un simpático guiño con el que sonreirá más de un aficionado al escritor de Maine. Y el film continua siendo en todo momento un trabajo con muchas influencias. Pronto, casi al instante, con gran maestria Darabont sabe introducirnos de lleno en el micro-universo de Stephen King. Nos traslada al instante a ese supermercado de Maine, donde como si de un viaje astral se tratara, empezamos a ver caras que nos resultarán conocidas. Caras porsupuesto que nos resultarán familiares de todas sus novelas. Los monstruos, parecen completamente extraídos de otra fuente literaria imprescindible para el buen amante del terror y lo fantastico: Lovecraft. Pues lo que se esconde en la niebla parece totalmente extraído de “Los mitos de Cthulhu”. Y del mismo modo que otro cineasta muy cercano y amigo de Stephen King nos proponía en su no menos popular trilogía, no solo los monstruos del exterior son el verdadero peligro. También lo somos los humanos en situaciones extremas. Por supuesto hablo de George A. Romero y de su trilogía sobre los muertos vivientes. En la cinta de Darabont, tal y como lo hacia Romero en su “La noche de los muertos vivientes”, se nos presenta un asedio no exento de situaciones de pánico, de reacciones o decisiones difíciles, las cuales pueden tener terribles consecuencias. Pero con todo ello no digo o pretendo insinuar que sea un film de homenajes. Todo lo contrario, es algo totalmente fresco, novedoso y con una fuerza brutal. Conserva todo el estilo y la personalidad de las otras magistrales adaptaciones de Darabont como “Cadena perpetua” o “La milla verde”. Pero el elemento terrorífico de “La niebla”, es tratado de un modo muy distinto a lo que estamos acostumbrados últimamente en el género. Aquí es demoledor. Y lo es en todo el conjunto. Con un buen trabajo de actores, donde yo haría hincapié en el de Marcia Gay Harden. Y una fotografía muy correcta (Darabont quería filmarla en blanco y negro, no obstante creo que se ha logrado un excelente trabajo ¡La niebla aparte de inquietante es hipnótica!). Y el final. Tremendo…Vayan a verla y disfrútenla!!!




1 comentario:

cerebrin dijo...

Muy de acuerdo contigo. Una película destinada a ser considerada una de las obras maestras del fantástico, si no lo es ya. Buena falta le hacía al género...