lunes, 17 de octubre de 2011

Carlos Aguilar

Seguimos con la recopilación de entrevistas a críticos de cine, escritores y historiadores sobre el cine fantástico. En esta ocasión, con uno de los "Grandes", sin ningún tipo de duda: Carlos Aguilar. A ver que os parece.


Fuiste el iniciador del fanzine sobre cine fantástico con Morpho. ¿Cómo recuerdas aquella época? ¿Qué opinas de la transición del papel a la red de redes y el mundo de los blogs?


Recuerdo aquella época con una emoción especial, incomparable. Era del todo distinta a la actual. Buscar la información cuando no existían las facilidades de ahora, decidir temas y profesionales poco o nada valorados en España para el sumario, maquetar a la vez que pasabas a máquina los textos previamente escritos con bolígrafo, pegar las ilustraciones con “Imedio”, recoger los ejemplares de la imprenta, llevarlos en persona a las librerías pidiendo que los dejaran en depósito, pasarte semanas después y comprobar maravillado que se vendían, equilibrar que en estos puntos de venta unos me pagaban en el acto, otros tarde y alguno nunca, pensar el siguiente número… Ser faneditor en plena juventud no tiene precio, máxime sabiendo que eres pionero. La emoción que me embargaba con cada número de Morpho no he vuelto a sentirla ni ante el más lujoso y bello de mis libros. Además fue a primeros de los 80, donde existía en España una inquietud cultural enorme, receptividad, ganas de todo. En cuanto al derivado de aquello a la publicación virtual, qué puedo decir… Se pierde el romanticismo inherente al producto material, real, que hueles y tocas, que está ahí y no desaparecerá, siempre existirá, aunque sólo sea en alguna oscura biblioteca... Lo cual no implica que el blog o las webs sean despreciables de por sí; de hecho, hay algunas, bastantes, que son realmente interesantes, y yo consulto o leo con mucho gusto. La vuestra, sin ir más lejos, por eso me hace ilusión que me entrevistes.



¿Y sobre la difusión del cine en la red?



Pues lo mismo, pero multiplicado. Desaparece el disfrute del producto como vivencia particular. Ver una película siempre estaba asociado a salir de casa, a la compañía que con que la veías, cuando la había, novia o amigos, o familia, o lo que fuera, a las condiciones de proyección, el cine en que la veías, de tu ciudad o de otra, que hasta podía no ser de tu país… Sustituir todo eso por ver la película, siempre, en tu casa, y, siempre, “bajada” de Internet, más o menos legalmente, comporta la desaparición de todas las vivencias anexas, con el empobrecimiento subsiguiente de la carga emotiva que secularmente había sido consustancial al hecho de enfrentarte con el Cine.





¿Cuál crees que será el futuro? ¿Crees que las majors se volcarán en la distribución a través de Internet? ¿Crees que la sala de cine desaparecerá?





Soy mal profeta, francamente. Pero supongo que las salas quedarán reducidas a tres o cuatro en las grandes capitales, para las películas de producción superlativa americanas, muchas otras en centros comerciales, para esas mismas películas, varias pequeñas, subvencionadas y centradas en películas de autor no americanas, y el resto será dvd, tv, Internet… En fin, la antítesis de lo que yo conocí y me hizo amar el cine desesperadamente.




¿Cómo debe ser el análisis de una película?




Un intermedio operativo entre la sensibilidad del crítico y la del film. A ser posible, compaginando la información objetiva con la valoración subjetiva, de forma que el lector aprenda a la vez que contraste pareceres. Con cierta modestia por parte del que escribe, también, se trata de opinar con conocimiento de causa, no de avasallar con petulancia.





¿Qué opinión tienes sobre el cine fantástico y de terror actual?





Negativa. Aunque tampoco especialmente. Es decir, considero que se ha degradado, pero como el resto de los géneros, al hilo de la propia degradación del Cine en cuanto lenguaje específico.





Parece que el cine español vive un buen momento y gracias sobre todo al cine de terror. Incluso ha servido para cierta reconciliación con el público. ¿Qué opinas de ello? ¿Ves en el terror español actual un momento histórico a nivel internacional?





Yo no veo tan bueno el momento actual del cine español, al menos artísticamente. Me parece que acusa todos los defectos e inconvenientes del cine mundial, pero, lógicamente, a escala propia. En cuanto a la última parte de la pregunta, pienso que es pronto para responder, todavía necesitamos más años para una perspectiva histórica válida.


Eres todo un especialista en cine japonés. ¿Qué opinas del tremendo auge del fantástico asiático de estos últimos años?
Cuando llegó el boom, hará diez o doce años, me hizo ilusión, y me pareció comprensible. Hacía falta una propuesta innovadora, una reacción positiva a los standards occidentales, agotados, y llegó de Asia. Perfecto. El problema es que tal propuesta ha ido agotándose más deprisa y más burdamente de lo que debiera, se ha quemado pronto, por culpa de convertir en estereotipos comerciales lo que en principio fueron paradigmas insólitos y magníficos.


Como escritor, ¿Crees que hay interés en la historia del cine?



Sí. Quizá no sea desorbitado, pero existe. Lo cual no deja de resultar curioso: el Cine está peor que nunca, pero la cinefilia no desaparece, y está arraigando incluso entre la última generación. A mí me llegan correos de gente muy joven apasionada ya por el Cine, o la conozco en festivales o convenciones. Y por “muy joven” quiero decir con menos de 25 años, tanto hombres como mujeres.



Parece ser que las nuevas generaciones de aficionados al cine de terror, los más jóvenes son reticentes a ver clásicos o cualquier película anterior a los años ochenta. Todo lo que se hizo antes les parece viejo, en el peor sentido. ¿Qué les dirías?



Sucede esto, sí, pero significativamente sólo en el caso del Terror, no en otros. Ya te digo, estoy conociendo, también vía Facebook, gente joven que está interesándose por Ford, Ozu, Ophuls, Bergman… Yo a esta gente que dices les indicaría que el gusto no es algo espontáneo o específico, sin más, sino que debe cultivarse. Para lo cual, hace falta molestarse en aprender, y esto sólo se consigue viendo cine de todas las épocas y modalidades, ya que “antiguo” no tiene por qué ser sinónimo de “obsoleto” y de hecho no lo es, o acaso algún amante de la pintura opinaría que está desfasado Goya?. Luego, por supuesto, partiendo de una base sólida de conocimiento general, cada cual se decanta, lógicamente, por lo que más le satisface; yo, el primero. Acto seguido, si alguien prefiere Hostel 2 a La novia de Frankenstein, ya es su problema. Mejor dicho, el Cine no es lo suyo. Porque, de entrada, pienso que no todo lo que vemos en una pantalla merece el calificativo de película. Al igual que no todo lo que se publica merece el de libro.



Sin duda, La Guía del Cine es todo un best-seller entre los libros de cine de este país.



En efecto, sumando las ediciones en que se titulaba Guía del Video-Cine y las tres que lleva como Guía del Cine es el libro de cine que mejor se ha vendido nunca en España. Su embrión data prácticamente de mi infancia, a los doce o trece años empecé a hacer una ficha de cada película que veía, tanta era mi afición. Eran fichas de ocho renglones; por una cara escribía los datos básicos, que copiaba del cartel, así como una calificación, del 0 al 10, y el cine y la fecha en que vi la película, y al dorso mi crítica. De lo más infantil, naturalmente, pero ya personal. Llegué a acumular cientos de estas fichas a lo largo de los años, y aún las guardo, como recuerdo especial. Ya te digo, ésta fue la base de la Guía del Cine. Cuyas primeras ediciones aún estaban escritas a máquina, con una Olivetti roja que regalaba el Banco de Santander si abrías una cuenta corriente siendo menor de 24 años! Por lo demás, la influencia de la Guía del Cine ha sido enorme, y ahora, que tengo ya 51 años, estoy conociendo gente que me confiesa haber crecido leyéndola, orientándose por sus páginas. Esto es precioso y, además de hacerme tomar conciencia del paso del tiempo, determina que cada vez sea más consecuente y meticuloso, dado que la obra implica una especie de caja de resonancia. Por eso, en cada nueva edición no sólo agrego películas, tanto antiguas como modernas, sino que reviso y retoco la anterior.



¿Qué opinas de los festivales? ¿Para quién y para qué son?



He asistido a muchos y colaborado con unos cuantos. De hecho, formé parte del comité ejecutivo del mítico festival de cine fantástico de Madrid, el Imagfic, en los años 80, lo cual fue una etapa importantísima de mi vida, no sólo en el plano profesional. Básicamente, en nuestros días un festival sirve para que ciertas películas se promocionen y los profesionales se conozcan entre sí. Antes, también para que el público pudiera ver títulos de imposible acceso a las carteleras. Pero ahora, quien quiere ver una película, puede verla: que si Internet, que si los canales temáticos, que si amigos extranjeros con los que haces cambios, etc.



Los clásicos de la Universal, el fantaterror español, los monstruos de los 50, la época dorada del cine italiano, el American Gothic de los 70, el terror americano de los 80… Si tuvieras que quedarte con una época o corriente…



Bueno, a título entrañable el fantaterror español, porque crecí a su sombra y me caló hondo, independientemente de la calidad de las películas, de ahí que haya escrito tanto sobre él, y le rindiera homenaje en mi novela Nueve colores sangra la luna. Pero estéticamente me quedo con los italianos, acaso también porque partiendo de la base de una innata conexión estética desde un momento dado Italia, y su gente, entraron de forma maravillosa en mi vida.



¿Y sobre tus participaciones como actor? ¿Has pensado alguna vez en dirigir?



Verás, mis participaciones como actor no tienen mayor importancia, son en películas de Jesús Franco, cuando yo era ayudante suyo. La única razón de ser de estos papeles es que Jesús quería ahorrarse un actor, racaneaba al máximo, optimizando hasta la locura lo poco, por no decir nada, que tenía. En dirigir sí que pensé, en cambio, y fue hace poco, a raíz de mi amistad con el pobre John Phillip Law. Mi proyecto era un homenaje al Spaghetti Western, donde John retomaría su personaje en De hombre a hombre, lógicamente talludito. El título previsto era “Un hombre, cinco balas”, pues se enfrentaría con cinco enemigos de antaño, tan mayorcitos como él, y cada uno conseguía atizarle un balazo; o sea, él triunfaba y sobrevivía, pero terminaba con cinco balas dentro. Estos enemigos tendrían que ser actores típicos del Spaghetti Western, en caracterizaciones similares a las que más despertaron mi atención de joven: Aldo Sambrell, como en La muerte tenía un precio, Federico Boido, como en Los profesionales del oro, Hugo Blanco, como en El precio de un hombre, Frank Braña, como en El bueno, el feo y el malo, y Dan Van Husen, con barba y pelo largo a semejanza de su look de entonces. Iba a pedir a Tonino Valerii, que es amigo mío, que me asesorara. Pero apenas definir el proyecto John enfermó seriamente, y el trágico fin ya lo conocemos todos.



¿Una película de terror reciente? ¿Qué autores del fantástico actual te parecen más interesantes?



Si por “reciente” o “actual” entendemos el siglo XXI, tengo que contestar en blanco. Pero de fantástico en general me ha gustado Watchmen. Extrañamente, porque de su mismo director 300 me pareció infame.



Una curiosidad a nivel personal. En cierto libro sobre el demonio tachas de “mediocre” a El exorcista. ¿Realmente te lo parece?



Hombre, si no me lo pareciera no lo habría afirmado. También te digo que, revisándola recientemente, mi valoración ha mejorado un poco. Sigue pareciéndome mediocre, pero he captado ella una virtud que ya no hay forma de encontrar en las películas de terror modernas: personajes de verdad, encarnados por intérpretes de verdad. Ellen Burstyn, por ejemplo, está estupenda, y te crees su personaje, por no hablar de la dignidad que Max Von Sydow confiere al suyo.



¿Estás trabajando en algún nuevo proyecto?



Ultimo la segunda edición corregida y aumentada de mi libro sobre Clint Eastwood para Cátedra. Se vendió tan bien que está prácticamente agotado, por lo cual me han pedido esta actualización. Aparecerá a finales de Abril, e incluye también más ilustraciones.



Eres todo un arqueólogo del cine. ¿Unas películas indispensables que creas que todo aficionado debería descubrir?



Antes que títulos prefiero decirte épocas. Por ejemplo, el cine americano producido entre el fin del Mudo y la implantación del código de censura Hays, o el japonés de género que se hizo entre mediados de los 50 y finales de los 60.



Si quieres añadir algo más para los lectores de La Cloaca



Bueno, les indicaría que para disfrutar profundamente del cine fantástico y de terror, hay que ver toda clase de cine, y además leer, escuchar música, disfrutar de la pintura... Como muy bien afirmó Marañón, “el médico que sólo medicina sabe, ni medicina sabe”

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