martes, 18 de octubre de 2011

La Torre de los Siete Jorobados (1944)




Director
Edgar Neville
Reparto
Antonio Casal, Isabel de Pomés, Guillermo Marín, Felix de Pomés, Julia Lajos.
País
España


Durante los años cuarenta el cine español vive sumido en la mas profunda precariedad, siendo el cine solo un instrumento mas del régimen franquista, en el solo se plasman aventurillas y comedias llenas de folclore (zarzuelas), adoctrinamiento nacional, católico y cine histórico, sumido todo en apología de la patria. En ese periodo de posguerra, el país vive sometido a duras medidas políticas de represión y, el cine no se libra de ello. Muchos directores permanecen en el exilio, el gobierno aplica la censura y la protección económica, siendo solo los "simpatizantes" o adscritos al régimen los únicos cineastas que pueden hacer películas.

Pero como ha ocurrido siempre, algunos tipos consiguen burlar de una u otra forma las exigencias de la industria de ese momento. Y para Edgar Neville, estas exigencias se alejaban enormemente de sus inquietudes, su estilo y sus preferencias narrativas, adquiridas en parte al haberse codeado con las estrellas de Hollywood durante su estancia como diplomático en Estados Unidos. Y Neville lleva a la pantalla en 1944 "La torre de los siete jorobados", adaptación de el best-seller de Emilio Carrere publicado en 1924, un clásico de entre la olvidada tradición del folletín semanal y colecciones de fascículos de principios del siglo XX como "La novela corta" o "Ell cuento semanal".

La película, nos acerca a ese Madrid de clima castizo ya desaparecido, de chulos, señoritos y violeteras. Resultando la película todo un sainete de corte fantástico y estética expresionista. Seguimos por ese Madrid al protagonista, un galán supersticioso enamorado de la jovenzuela de turno, acompañado de un fantasma en un entramado de conspiraciones, venganza de ultratumba, mensajes inscritos en las paredes en asirio, misteriosos jorobados y toda una secreta ciudad subterránea. El film permanece entre las dos temáticas, el fantástico y el folclore oficial de la época, acercándose lamentablemente en demasiados momentos mas a este último, compensado eso si, por algunos aciertos en la puesta en escena gótica y expresionista y la ambientación de la ciudad en la gruta subterránea, así como la acción que tiene lugar en ella en la parte final del film.

La película tuvo una exhibición pésima y fugaz, teniendo que pasar el tiempo para rescatarla del olvido y reconocer la apuesta de Neville con el fantástico, tan menospreciado en este país. Hoy en día es todo un film de culto, considerado como la primera película del fantástico patrio.

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