La propuesta de Adam Green está la línea de películas como Open Water de Chris Kentis (2003). Una de esas películas donde el horror no proviene del más allá, sino que de forma accidental, los protagonistas se verán atrapados en algún lugar del todo natural y cotidiano, donde les espera una horrible muerte. Y donde la tensión y el pánico reside en la fatídica situación, en los intentos fallidos por sobrevivir y escapar de esa trampa mortal. Trampa improvisada en un lugar aparentemente inofensivo, en Frozen, tras un fatal despiste por parte del encargado del tele-silla en una estación de ski.
La cinta de Green, resuelve de forma bastante grata la situación que normalmente hace peligrar este tipo de propuestas- la del posible aburrimiento al encontrarnos en un único escenario con pocos actores durante la mayor parte del metraje-. Y lo hace con un guión bien trabajado, una producción sencilla y mimada y con algunos ingredientes que rompen por algún momento ese clima de producto comercial-clima absolutamente pretendido-. Ingredientes que aportan la suficiente fuerza dramática que necesita la historia y que harán que más de uno se estremezca- el acoso y los ataques que sufren los protagonistas por parte de los únicos habitantes del lugar- de igual forma que no se anda con rodeos a la hora de brindar alguna escena dura y sangrienta. También ayuda la apuesta de confiarle los papeles a unos rostros conocidos- Kevin Zegers, Emma Bell y Shaun Ashmore-, dado que sus interpretaciones resultan bastante convincentes, sobretodo en los momentos dramáticos, los cuales son obviamente parte del peso de la película. No le otorga ese realismo más cercano al cinéma vérité que le daría unos actores desconocidos, como es habitual en películas de este estilo, pero funciona dentro del tipo de producto comercial que pretende ser Frozen. Un tipo de película que asuste y con la que uno llegue a pasar algún mal rato, pero tampoco que este llegue a ser del todo traumático. Y sobretodo para el público a quien va dirigido el filme, aquel mayoritariamente joven y con ganas de pasar hora y media de tensión.
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