lunes, 28 de noviembre de 2011

Secuestrados / Miguel Ángel Vivas, 2010


El cine español hace ya mucho tiempo que supo superar aquella barrera que lo mantenía sumergido en la elaboración de productos que se podían resumir en tan solo unos pocos géneros. Fue durante muchos años y muchas épocas, en las que uno tenía la sensación de que ciertos estilos de cine y algunos tipos de película era “cosa de Hollywood” y que aquí no se podían hacer ese tipo de obras. Eso ya es historia y en la piel de toro tenemos incluso autores que nada tienen que envidiar a otros maestros, por ejemplo, del cine de terror. Es más, estos son auténticos Maestros, nombres que ya han pasado a la historia del género con letras mayúsculas, como es el caso de Jaume Balagueró sin ir más lejos. Hoy podemos decir que se realiza cine de todos los géneros, que se hace del bueno y que además tenemos a muchísima gente prometedora y con mucho que decir.

Miguel Ángel Vivas es uno de esos casos. Y en esta genial película, en co-producción con Francia- quien también ha sido prolífica en los últimos años otorgando joyas y algún autor en el género, con películas como “A l´interieur”. Al igual que algún realizador que incluso ha sido acogido por Hollywood como Alexandre Aja- explora los terrenos del cinéma vérité más salvaje, violento y realista, y además lo hace estupendamente. Nos narra una situación de horror puro, la que viven una familia durante el asalto en su propia casa por parte de unos ladrones despiadados y extremadamente violentos. Recurre para ello al cine visceral y sin rodeos, cargado de tensión sin ofrecerle ninguna tregua al espectador durante la mayor parte del metraje. Haciendo sobretodo que la violencia explote en el mismo rostro del respetable, en una cinta frenética donde lo que menos impera es algún tono de optimismo y donde los giros que da la historia llegan a ser del todo angustiosos y desesperanzadores.

La película resulta del todo terrorífica al hablarnos de un tema que tristemente hemos visto en los informativos y diferentes medios en la última década, como ha sido lo de los asaltos violentos a viviendas. Los responsables de la película exploran ese horrible miedo de la amenaza en el propio hogar, el confortable lugar de descanso donde nos suponemos protegidos, este es violado y se convierte en el escenario del horror. Ese miedo que ha sido fruto de varios títulos en la última década como “Ellos”(Ils, David Moreau and Xavier Palud,2006), “Los extraños” (The Strangers, Bryan Bertino, 2008) y que ya fue explorado en otras épocas por realizadores como Larry Cohen en sus primeras películas o por John Carpenter y “La noche de Halloween”. Podría considerarse que “Secuestrados” es la fusión de este tema y la violencia de películas como “La matanza de Texas” de Tobe Hooper. En ese aspecto podríamos emparentarla con otro ejercicio de horror en el propio hogar como la obra de Michael Haneke y sus desgarradores “Funny Games”. Para ello, la película nos presenta a los protagonistas de una forma bastante inteligente al mostrarlos en la casa en plena mudanza y teniendo conversaciones del todo naturales y muy cotidianas. La cámara nos muestra todo esto con movimientos muy suaves, casi flotando por los pasillos y las habitaciones de la casa con refinados planos secuencia y con una cromática donde predominan unos tonos marrones claros, suaves y cálidos.

Esto dura pocos minutos y enseguida irrumpe la amenaza, y el juego de los responsables de la película es seguir con ese tipo de fotografía y realización, transformándolo hábilmente en un desasosegador y demoledor film al intercambiar las situaciones mostradas. Los planos secuencia que al principio nos mostraban a una familia adinerada acomodándose en su nueva residencia, pasan a mostrarnos como ésta es aterrorizada y maltratada por unos asaltantes. Miguel Ángel Vivas usa incluso algún recurso del todo sorprendente y efectivo como en los momentos más terroríficos del film, donde divide3 en dos la pantalla y nos muestra por un lado a un personaje en una situación, mientras en la otra mitad de la pantalla vemos a uno de sus familiares en plena tortura. Y la cosa funciona, y además estupendamente, otorgándole al momento de forma muy astuta el doble de tensión y un desasosiego de infarto. Lo mismo podemos decir de las interpretaciones, con un excelente Fernando Cayo que sabe darle a su personaje toda la credibilidad que requiere su personaje, un hombre triunfador, autosuficiente y muy satisfecho de si mismo que pasará a convertirse en una marioneta asustada en manos de un criminal frio e implacable. Y los gritos angustiosos y el sufrimiento desgarrador de Manuela Vallés, también podemos decir que son de infarto, en una interpretación extraordinaria y en un papel durísimo y que protagoniza en la película algunos de los momentos más escalofriantes.

Puede que la única pega- por buscarle alguna...- de “Secuestrados” podamos encontrarla en lo susceptible que puede ser a ciertas interpretaciones que puedan tildarla como una película xenófoba. O que las situaciones de los últimos minutos de la película quizá acaben abandonando el tono dramático del resto y se tambaleen un poco- solo un poco- hacia lo gratuito y lo explícito, típico de otros sub-productos del género. Pero sin lugar a dudas, “Secuestrados” es una excelente película de terror. Disfrutable en todos los aspectos y sobretodo que funciona en sus propósitos, que salta a la vista que es el de embarcar al espectador en una tensión continua y in crescendo durante todo el metraje y la de sorprender al espectador de forma nada grata al sorprenderle con los demoledores giros y situaciones terroríficas de la película.


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